Lima (Peru.com).- El influyente diario estadounidense ‘The New York Times’ realizó un documental titulado “El regreso de Sendero Luminoso”, donde analiza la nueva metodología de este grupo terrorista al que denomina “guerrillero”.
Según dicho medio impreso de Estados Unidos, información que publica el diario ‘Correo’, el aumento del número de muertes y producción de cocaína en la última década da cuenta de una reorganización del grupo subversivo de la mano del narcotráfico.
“No es casual que el número de muertes en el 2008 haya sido el más alto en caso diez años como consecuencia de los ataques guerrilleros en la selva del país. El dinero de la droga le ha dado una nueva vida a los rebeldes del movimiento. El campo cerrado y el terreno irregular ayudan a los guerrilleros”, se afirma en el documental.
En las imágenes se aprecia a un poblador contando que los terroristas hicieron una incursión en su poblado, juntaron a todos los residentes y acusaron al líder de la comunidad de estar a lado del Ejército.
“Le ataron las manos y se lo llevaron y no lo vimos nunca más”, cuenta el poblador. “El año pasado vino la Policía y nos pegó como si fuésemos animales, quemaron nuestra casas, la comida, la ropa, todo. No queremos saber nada de ellos”, manifiesta otro entrevistado.
Según dicho medio impreso de Estados Unidos, información que publica el diario ‘Correo’, el aumento del número de muertes y producción de cocaína en la última década da cuenta de una reorganización del grupo subversivo de la mano del narcotráfico.
“No es casual que el número de muertes en el 2008 haya sido el más alto en caso diez años como consecuencia de los ataques guerrilleros en la selva del país. El dinero de la droga le ha dado una nueva vida a los rebeldes del movimiento. El campo cerrado y el terreno irregular ayudan a los guerrilleros”, se afirma en el documental.
En las imágenes se aprecia a un poblador contando que los terroristas hicieron una incursión en su poblado, juntaron a todos los residentes y acusaron al líder de la comunidad de estar a lado del Ejército.
“Le ataron las manos y se lo llevaron y no lo vimos nunca más”, cuenta el poblador. “El año pasado vino la Policía y nos pegó como si fuésemos animales, quemaron nuestra casas, la comida, la ropa, todo. No queremos saber nada de ellos”, manifiesta otro entrevistado.