Más de tres mil pobladores de las zonas de San Juan, Magdalena y Choropampa se unieron para protestar contra la empresa minera Yanacocha.
Han transcurrido casi nueve años desde el fatídico 2 de junio de 2000, cuando una empresa derramó mercurio en las zonas de San Juan, Magdalena y Choropampa. Nueve años en los cuales la población ha ido muriendo con terribles cuadros patológicos producidos por la contaminación con ese metal pesado.
Ahora la gente ha iniciado un paro indefinido, bloqueando la principal carretera de penetración Cajamarca – Ciudad de Dios, y advierten que sólo levantarán su medida de lucha cuando Carlos Santa Cruz Bendezú, gerente para Sudamérica de Newmont, principal accionista de minera Yanacocha se siente con ellos a dialogar y brinde una solución a sus demandas.
La población advierte que no aceptará una comisión de negociación; tampoco desean saber nada de congresista alguno, menos de representantes de Defensoría del Pueblo o de la Presidencia del Consejo de Ministros.
“Estamos cansados de escuchar promesas y más promesas de comisiones e investigaciones. Queremos soluciones y no vacilaciones”, gritaban los manifestantes.
En la zona del conflicto se encuentran apostados más de cincuenta policías fuertemente armados. Están ubicados estratégicamente para actuar en caso la situación llegue a un punto crítico y se tenga que usar la fuerza.
Los pobladores han tomado la carretera y bloquean la vía durante lapsos de tiempo de una hora u hora y media. Transcurrido ese tiempo vuelven a circular los vehículos tanto de carga pesada como ómnibus de pasajeros. Durante la interrupción del tránsito la fila de unidades en la carretera se hace inmensa, y al momento del paso de vehículos, la polvareda que generan hace imposible la visión en la zona.
Los Frentes de Defensa de San Juan, Choropampa y Magdalena se han unido en esta lucha. Se han organizado de tal manera que cuentan con víveres y comparten una olla común.
Mientras que algunos piquetes de pobladores se dedican a cocinar, otros dedican a organizar las arengas y elaborar sus pancartas. Hay quienes están convocando a las poblaciones de las zonas aledañas a unirse a esta protesta.
Han transcurrido casi nueve años desde el fatídico 2 de junio de 2000, cuando una empresa derramó mercurio en las zonas de San Juan, Magdalena y Choropampa. Nueve años en los cuales la población ha ido muriendo con terribles cuadros patológicos producidos por la contaminación con ese metal pesado.
Ahora la gente ha iniciado un paro indefinido, bloqueando la principal carretera de penetración Cajamarca – Ciudad de Dios, y advierten que sólo levantarán su medida de lucha cuando Carlos Santa Cruz Bendezú, gerente para Sudamérica de Newmont, principal accionista de minera Yanacocha se siente con ellos a dialogar y brinde una solución a sus demandas.
La población advierte que no aceptará una comisión de negociación; tampoco desean saber nada de congresista alguno, menos de representantes de Defensoría del Pueblo o de la Presidencia del Consejo de Ministros.
“Estamos cansados de escuchar promesas y más promesas de comisiones e investigaciones. Queremos soluciones y no vacilaciones”, gritaban los manifestantes.
En la zona del conflicto se encuentran apostados más de cincuenta policías fuertemente armados. Están ubicados estratégicamente para actuar en caso la situación llegue a un punto crítico y se tenga que usar la fuerza.
Los pobladores han tomado la carretera y bloquean la vía durante lapsos de tiempo de una hora u hora y media. Transcurrido ese tiempo vuelven a circular los vehículos tanto de carga pesada como ómnibus de pasajeros. Durante la interrupción del tránsito la fila de unidades en la carretera se hace inmensa, y al momento del paso de vehículos, la polvareda que generan hace imposible la visión en la zona.
Los Frentes de Defensa de San Juan, Choropampa y Magdalena se han unido en esta lucha. Se han organizado de tal manera que cuentan con víveres y comparten una olla común.
Mientras que algunos piquetes de pobladores se dedican a cocinar, otros dedican a organizar las arengas y elaborar sus pancartas. Hay quienes están convocando a las poblaciones de las zonas aledañas a unirse a esta protesta.